En las últimas dos semanas el pago de facturas de servicios por canal electrónico se triplicó en relación al promedio habitual de una quincena de enero y febrero. Es uno de los nuevos comportamientos que genera el aislamiento social preventivo y obligatorio y que terminará, al menos en este terreno, generando una nueva cultura de pago en la Argentina, históricamente atada al efectivo.
Es el registro que, en este escenario, tomó la empresa de servicios financieros digitales MONI que informó que el pago de servicios canalizado a través de su billetera virtual tuvo a la telefonía e internet como la prestación que más se canceló por esta vía, con un 37% de participación en el total de lo abonado.
Le siguieron, en orden, la TV paga, con un 21%, el pago de compras, con un 19% de los servicios medidos. Mucho más atrás se ubicaron aquellas prestaciones esenciales, más tradicionales, como la electricidad, que representó el 7%; el agua, con el 4% y los impuestos nacionales, provinciales y municipales con un escaso 3 por ciento.
Una foto que muestra todo lo que todavía se debe trabajar desde estas empresas para motivar a sus usuarios a pagar por nuevos canales electrónicos, más allá de que una parte de los clientes suele optar por el débito automático para evitar atrasos.
Para completar el 100% de la torta de pagos electrónicos que se efectivizaron mediante la billetera virtual de Moni, un 9% se repartió entre expensas, cuotas de escuelas, clubes, planes de ahorro y servicios de seguridad.
“Así como el teletrabajo y la transformación digital de las empresas están teniendo un impulso tremendo, producto de las medidas sanitarias que se están tomando en todo el mundo para controlar la pandemia, los pagos digitales y el uso de plataformas online para acceder a servicios financieros y transacciones que hasta hace no mucho se realizaban principalmente con dinero en efectivo y en forma presencial, están teniendo un crecimiento exponencial a partir del aislamiento preventivo obligatorio”, afirmó Juan Pablo Bruzzo, CEO de MONI.
Que los servicios públicos y esenciales, como los descriptos, y otros tipos de pagos puedan canalizarse por las distintas alternativas existentes en el país tiene un impacto más profundo que el sólo hecho de abonarlos por un canal más eficiente.
En la visión de esta empresa, cuyo primer servicio fue el de brindar préstamos de bajo monto a través del celular, Argentina tiene una oportunidad única de acelerar el proceso de adopción de estas herramientas innovadoras que implican una menor circulación y utilización de efectivo y sus consiguientes beneficios en términos de seguridad, impacto fiscal y practicidad.
Pagar los impuestos y servicios a través de trasferencias, tarjetas de crédito y débito y códigos QR le da al país una oportunidad única de acelerar el proceso de adopción de estas herramientas innovadoras que implican una menor circulación y utilización de efectivo y sus consiguientes beneficios en términos de seguridad, impacto fiscal y practicidad.
“Si bien desde hace un tiempo venimos viendo un crecimiento sostenido mes a mes de las transferencias y pagos digitales, ese crecimiento no logra aún romper la dinámica cultural que hace que los argentinos sigan manejándose mayoritariamente con dinero en efectivo para sus operaciones cotidianas. La coyuntura excepcional derivada del aislamiento preventivo generalizado y la restricción de las opciones presenciales están siendo un catalizador que sin dudas va a acelerar el proceso de adopción de herramientas financieras digitales”, concluyó Bruzzo.